Optimismo Ilusorio
Desde las ya tradicionales investigaciones en torno al
nivel de aspiración, la motivación de poder, etc. sabemos que las expectativas
sobre el futuro ejercen una notable influencia sobre el comportamiento presente
de las personas. Más recientemente se ha demostrado que cuando el individuo
hace cábalas sobre los acontecimientos que le pueden sobrevenir en el futuro se
deja invadir por un optimismo infundado respecto a los acontecimientos
negativos y los acontecimientos positivos que pueden ocurrir: la mayoría de las
personas que formula predicciones sobre el futuro creen que tienen menos posibilidades
que sus pares de que les ocurran acontecimientos negativos como accidentes de tráfico
(Robertson, 1977, Weinstein, 1980), ser víctimas de un crimen (Perloff y
Fetzer, 1986), no encontrar trabajo (Weinstein, 1980) o sufrir una depresión
(Kuiper, MacDonald y Derry, 1983) entre otros. Al mismo tiempo la gente cree
disponer de mayores probabilidades que los demás para que le sucedan acontecimientos
positivos, tales como conseguir un trabajo agradable y bien remunerado
(Weinstein, 1980), por ejemplo. Este optimismo exagerado y persistente en
relación con acontecimientos negativos se denomina ilusión de invulnerabilidad y
optimismo irreal cuando se refiere a acontecimientos positivos. Para el
optimismo ilusorio se han buscado explicaciones tanto motivacionales (evitar
experiencias emocionales negativas) como cognitivas (el sesgo se produce porque
a los sujetos les falta información o porque el hombre es un ser cognitivamente
limitado en sus estrategias de procesamiento de información). Rastreando en la literatura
sobre el tema, Van der Pligt (1995) señala seis factores mencionados como causas
del optimismo ilusorio:
1) control personal percibido sobre los acontecimientos
que se evalúan.
2) sesgo egocéntrico provocado por el mejor
conocimiento que tienen las personas de sus propias acciones.
3)falta de experiencia personal con determinados acontecimientos,
lo que puede conducir a infraestimar la posibilidad de que acontezcan acontecimientos
que previamente no han ocurrido.
4) estereotipos y prototipos que se manejan sobre qué
personas tienen más posibilidades de que les ocurran determinados acontecimientos
o de padecer ciertas enfermedades.
5) mantenimiento de la autoestima y autoensalzamiento personal
que induce a pensar y valorar la conducta, estilo de vida y personalidad propias
en términos mucho más positivos que los empleados cuando se trata de la
conducta de los demás.
6) estrategias de afrontamiento utilizadas en situaciones
amenazantes reales o imaginadas para protegerse de ansiedades y preocupaciones.
En cuanto a las
consecuencias del optimismo ilusorio sobre la conducta, hay trabajos como los
de Weinstein (1984) y los de Bauman y Siegel (1987), que constatan que la
ilusión de invulnerabilidad afecta a la probabilidad estimada de contraer enfermedades
importantes (diabetes, cáncer, infarto
de miocardio, neumonía, enfermedades venéreas), y otro tanto ocurre con
enfermedades más recientes como el Sida (Blanco y Sánchez, 1993). En el extremo
opuesto, trabajos como el de Taylor y Brown (1988, 1994) recopilan
investigaciones que sugieren que las ilusiones cognitivas, en general, y el
optimismo ilusorio, en particular, sirven a una amplia variedad de funciones
cognitivas, afectivas y sociales para acabar concluyendo que, el optimismo ilusorio
no deja de ser una estrategia adaptativa. En términos, operativos el optimismo ilusorio
provoca en las personas juicios sesgados positivamente respecto al mundo que
les rodea. Un amplio número de trabajos empíricos revisados por Taylor y Brown
(1988), señalan que las respuestas optimistas pueden verse modificadas por los trastornos
depresivos moderados o graves, por la baja autoestima y el estado de ánimo. El
estado de ánimo inducido experimentalmente en situaciones de laboratorio
(consiguiendo que el individuo se sienta feliz, triste, etc.), condiciona sensiblemente
posteriores estimaciones de la probabilidad de que en el futuro sucedan hechos
positivos y negativos relacionados con la salud, la influencia del estado de
ánimo es más acentuada cuando se hacen estimaciones sobre acontecimientos negativos
de salud y menos consistente en el caso de acontecimientos futuros positivos. En
general, las personas que informan sentirse felices creen menos probable
padecer en el futuro enfermedades graves, desapareciendo esta ilusión en los
individuos que informan sentirse tristes.